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Es la capa intermedia de la piel y la más gruesa. Se compone principalmente de fibras de colágeno, una proteína fibrosa fuerte que proporciona flexibilidad a tu piel.
Contiene fibras elásticas que gracias a la proteína elastina hacen que la piel tenga sus propiedades de firmeza y elasticidad. En esta capa encuentras los vasos capilares y sanguíneos, las glándulas sebáceas y sudoríparas, los folículos pilosos y receptores nerviosos.
Los folículos pilosos contienen las raíces del pelo. Las glándulas sebáceas producen el sebo que lubrica e impermeabiliza la última capa de tu piel. Las glándulas sudoríparas ayudan a eliminar las toxinas o residuos de tu cuerpo.
Con el paso del tiempo el colágeno y la elastina de la piel se agotan. Por esta razón tu piel pierde su humedad y se arruga. Existen tratamientos faciales que pueden ayudarte a incentivar la producción de más de estas vitales fibras debido a su alto contenido de alfahidroxiácidos y betahidroxiácidos.
Para mantener hidratada esta capa de la piel es necesario aumentar su manto hídrico o reserva de agua. Las cremas hidratantes contienen macromoléculas que ingresan hasta esta segunda capa y actúan como esponjas de reserva hídrica.
El consumo de agua suficiente durante el día también te ayuda a mantener la hidratación. Si no bebes suficiente agua puedes deshidratarte y ello se reflejará en tu piel. Te recomiendo beber entre seis y ocho vasos de agua diariamente. Si consumes alimentos o bebidas diuréticas que aumentan la cantidad de orina, deberás tomar más agua.
Para conservar sana esta capa de tu piel, es necesario que tengas buenos hábitos alimenticios que garanticen la ingesta de vitaminas y minerales necesarios para su buen funcionamiento.
La vitamina C ayuda a formar y mantener el colágeno proporcionando flexibilidad a tu piel. Además ayuda a fortalecer el proceso de curación de la heridas. Es vital para esta capa de la piel pues ayuda a combatir los efectos de los rayos ultravioleta y a prevenir el envejecimiento prematuro.
La vitamina C se encuentra principalmente en los cítricos, también en frutas y verduras de colores vivos como el melón, la baya, los tomates y coles de bruselas.
El cinc ayuda a mantener el funcionamiento normal de las glándulas sebáceas presentes en tu piel. En conjunto con la vitamina C produce colágeno y elastina aumentando su resistencia. Este mineral se encuentra principalmente en ostras, cerdo, pavo y lácteos como el yogur.
Adicional al consumo de vitaminas y minerales es necesario que disminuyas malos hábitos como fumar porque el tabaco y el humo afectan notoriamente tu piel.
Estudios demuestran que las personas fumadoras tienen más arrugas que las no fumadoras. Quienes fuman hasta 20 cigarrillos por día tienen tres veces más posibilidad de tener arrugas más profundas y visibles.
Esto se produce debido a que el humo afecta las fibras de colágeno y elastina lo que hace que se pierda su firmeza y elasticidad. Además cuando fumas realizas movimientos como chupar y entrecerrar los ojos lo que provoca la aparición de líneas de expresión alrededor de tus labios, ojos y en la frente.
El humo también disminuye la circulación de tu piel afectando su color pues puede adquirir un tono amarillento o grisáceo y generar vasos sanguíneos visibles o venas rotas en nariz y mejillas. Afecta la textura porque con la degeneración del colágeno tu piel se vuelve más gruesa y curtida.
Los fumadores tienen más riesgo de tener un carcinoma de célula escamosa conocido como el cáncer de piel. La cicatrización de la piel se dificulta en especial en intervenciones quirúrgicas. Esto es ocasionado por el estrechamiento de los vasos sangúineos producido por la nicotina.
Esta capa de la piel se encuentra en medio de la epidermis y la hipodermis.
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