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Aprende a exfoliar tu piel. Conoce los beneficios que la exfoliación le brinda a tu cutis y cuerpo.
La exfoliación es ideal para eliminar todo lo que le sobra a tu piel y prepararla para obtener los mejores resultados de los tratamientos de cuidado de la piel que te realices.
Esta técnica es reciente en el mundo de la cosmética. Aun así, sus orígenes se remontan a las eras de la prehistoria cuando nuestras antepasadas utilizaban métodos como el frotamiento de la piel con piedras o con huesos de frutas machacados, con el fin de obtener una piel más lisa y suave.
Hoy en día, los exfoliantes de la industria de la belleza buscan el mismo objetivo a través de partículas o micro-gránulos más avanzados.
Al exfoliar tu piel obtienes una textura deseada porque al hacerlo eliminas suciedad, restos de maquillaje y en especial células muertas que se encuentran en la superficie. Al retirar esta barrera, las cremas y productos que aplicas penetran con mayor facilidad y profundidad permitiéndole a tu piel mejor hidratación, nutrición y aprovechamiento del maquillaje.
Los productos exfoliantes están diseñados para estimular la descamación y eliminación de las células cutáneas muertas acumuladas en la epidermis. Por esta razón, la piel luce más radiante, joven y suave. Adicionalmente evita la aparición de imperfecciones al limpiar profundamente los poros.
Si tienes piel muy seca, delicada o sensible en exceso, debes tener precaución con los productos que selecciones para que no sean agresivos y evites secar aún más tu piel.
Si tu piel es grasa, evita masajearla en exceso pues podrías estimular las glándulas sebáceas haciendo que tu piel luzca más brillante.
Prácticamente cualquier persona puede utilizarlo. Existen métodos que son suaves y apropiados para el rostro y otros más fuertes para el cuerpo.
Todos los tipos de piel pueden beneficiarse con esta técnica, pero es importante no realizarlo con demasiada frecuencia y utilizar los productos de forma correcta.
Excepto en las pieles sensibles, lo ideal es que lo realices 1 vez por semana. Un exceso puede provocar picores e irritación, debido a que realizarías una renovación celular acelerada.
Si tienes alguna condición especial con tu piel, lo mejor es consultar con tu dermatólogo.
Existen 2 tipos de productos exfoliantes: mecánicos y químicos. Los mecánicos contienen en sus fórmulas gránulos, moléculas sintéticas o partículas que ayudan a retirar las células muertas de tu piel. Para su aplicación puedes utilizar cepillos para la piel de tu rostro o cuerpo o dispositivos electrónicos especiales.
En ambos casos se realizan movimientos circulares que facilitan la penetración del producto y la remoción de suciedad. Estos productos son ideales para piel normal, se deben aplicar de forma correcta y retirarlos completamente de la piel con abundante agua.
Los exfoliantes químicos incluyen sustancias como los alfahidroxiácidos, betahidroxiácidos y ácido salicílico que disuelven las células muertas de tu piel mediante un procedimiento químico. Éstos son más apropiados para la piel grasa y mixta.
Para la piel sensible los indicados son los que contienen enzimas que disuelven las células muertas sin necesidad de friccionar, minimizando el riesgo de inflamación y maltrato de tu piel.
Sin importar el producto, evita frotar enérgicamente tu cutis.
Zonas delicadas como la piel alrededor de tus ojos no deben exfoliarse.
Si tu piel es frágil y se rompen fácilmente sus capilares sanguíneos, debes utilizar un producto suave y aplicarlo con delicadeza.
Los exfoliantes vienen en diferentes fórmulas, texturas e incluso aromas. Su elección depende de tus gustos y tu tipo de piel.
Las cremas son ideales para ti si tienes piel seca o normal. Si tu piel es grasa o tiene acné, una presentación en gel es mejor. Por último, si tu piel es sensible o reactiva, la mejor opción es una loción ligera.
En el mercado también puedes conseguir otras alternativas como las toallitas húmedas que además de limpiar pueden exfoliar tu piel al mismo tiempo.
Se recomiendan para piel grasa o mixta pero puedes encontrarlas para las diferentes tipologías de piel. Son una alternativa rápida para quienes tienen poco tiempo.
Las manoplas, esponjas normales o de lufa complementan este tratamiento. Dado que realizan una fricción más rigurosa, son ideales para tu cuerpo y no tu cutis. Las piedras pómez son útiles para las zonas con piel más gruesa como los codos, las rodillas y las plantas de tus pies.
En cuanto a los aromas, solo debes escoger los que más te gusten y relajarte con las diferentes sensaciones. Lo importante es que te asegures de escoger el más adecuado para tu tipo de piel.
Si lo que deseas es preparar tus propios exfoliantes en casa, conoce las recetas caseras que comparto aquí contigo, ideales para exfoliar naturalmente tu piel.
Para exfoliar tu cara, aplica el producto con los gránulos en la piel de tu cuello y cutis evitando el área de los ojos, luego realiza suavemente un masaje superficial. Posteriormente enjuaga con abundante agua o retira con una toallita húmeda y seca tu piel. Notarás los beneficios instantáneamente.
Si el producto es para peeling te sugiero leer y seguir las instrucciones de la etiqueta o tu dermatólogo. En general deben aplicarse sobre el rostro, dejarlo secar y retirar posteriormente. Ten cuidado pues estos pueden ser muy fuertes para pieles secas o sensibles.
Para exfoliar tu cuerpo te sugiero realizarlo cuando estés en la ducha y con la piel húmeda. Siempre debes frotar realizando movimientos circulares y hacia arriba. Para esto, utiliza una esponja y dedica más energía en las zonas de los hombros, rodillas, parte inferior de las piernas y la superior de brazos y muslos.
Otra opción es realizarte la exfoliación corporal en un spa. La chocolaterapia es una técnica muy utilizada recientemente. Usualmente ofrecen paquetes completos para exfoliar e hidratar tu piel, que puedes tomar de vez en cuando para consentirte. Este es un excelente plan para ir con tu pareja, tu mamá o tu mejor amigo o amiga.
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